Se creía que los ocho prototipos del muro fronterizo del presidente Donald Trump quedarían para la posteridad en una zona desolada de San Diego, como monumentos de su obsesión por separar a México y Estados Unidos. Eso no sucederá. Los gigantes de concreto y metal que él visitó serán demolidos para dar paso a la construcción de una valla de 14 millas que no está relacionada con su estrategia política.
Las bardas “impenetrables” de 30 pies de altura, que se edificaron en un remoto paraje en el sureste de San Diego, obstruyen una obra que busca mejorar la seguridad a lo largo de la peligrosa colonia Nido de las Águilas de Tijuana, conocida por ser hogar y paso de traficantes de inmigrantes.
Tras un temporal cierre del gobierno federal, Trump declaró una emergencia nacional la semana pasada para obtener miles de millones de dólares que financien la construcción del muro fronterizo. En su primera visita a California siendo presidente en marzo de 2018, el mandatario inspeccionó los ocho modelos en San Diego y argumentó que “si no tuviéramos muros aquí, ni siquiera tendríamos un país”.
En una fecha que no se ha especificado, esos prototipos comenzarán a ser derribados hasta nuevamente quedar un terreno llano y árido. Se reportó que cada prototipo costó a la administración federal hasta 500,000 dólares, por lo que quedaría en escombros una inversión de unos $4 millones.
“Ya hay dinero asignado para derribarlos o construir infraestructura a su alrededor. Pero la decisión se tomó a nivel nacional para eliminarlos y se realizará el proyecto de reemplazo secundario (de la barda)», dijo a la agencia AP, Theron Francisco, agente de la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP).
Francisco indicó a la misma agencia que ya se asignó un fondo para tumbar cada uno de los modelos de Trump, aunque no especificó cuánto costará ni cuándo comenzará la demolición.
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