El uniforme neutro: libertad y respeto

Ed. Dr. Claudia Viveros Lorenzo
Desde que se presentó la política sobre el uniforme neutro en la CDMX, el tema ha estado al debate. Todos hemos opinado y muchas de las sentencias generadas han expuesto posiciones de intolerancia, bullyng, violencia y hasta baja capacidad de competencia lectora, pues no ha faltado el medio que ha tergiversado la noticia, con tintes amarillistas. Claudia Sheimbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México, tomo está medida, la cual le ha traído duras críticas, pues es un hecho que las esferas conservadoras, han “pegado el grito en el cielo”.

La medida es simple: cada niño puede usar lo que más le haga feliz. Si una niña o niño, quiere usar pantalón o falda para ir al colegio puede escoger y se le deberá recibir en la institución sin ningún problema. Sheimbaum piensa que esta medida, ayudará a “abrir derechos que generen nuevas formas de conocimiento, de entendimiento, para acabar con la violencia y la diferenciación de género”. La capital de la República Mexicana siempre ha estado a la vanguardia en reformas de corte liberal, pues debemos recordar que también que fue la primer ciudad en el país en aprobar la unión civil en parejas del mismo sexo.

En Perú el debate sobre el nuevo currículo escolar de la educación básica, del Ministerio de Educación, donde se incluye en los 7 enfoques transversales, la igualdad de género, no ha cedido ante prominentes luchas de movimientos como “Con mis hijos no te metas”, el cual ha luchado por derribarlo, sin entender que lo que se busca es desarrollar en los estudiantes valores y actitudes positivas para convivir mejor.

Aquí lo que debemos tener claro, es que no se trata de imposiciones, se trata de libertad y respeto. De posibilidades. De tener el derecho de elegir libremente, de tener acceso a enfoques que nos permitan cuestionar y analizar nuestro propio comportamiento y el de la sociedad. No podemos negar que vivimos en un mundo machista, y que ésta tendencia, no solo es exclusiva de ciertos sectores, países o estratos sociales, está por desgracia en todos lados y aunque no se quiera muchas veces aceptar, ésta es causa de violencia. Poder llevar a las nuevas generaciones una visión más amplia, que los ayude a identificar este tipo de actitudes y a buscarles soluciones, nos ayudarán a erradicar brechas basadas en diferencias, que afectan derechos fundamentales como la educación. Es urgente eliminar estereotipos creando ambientes de igualdad desde pequeños, donde se inculque el derecho de realizar las mismas actividades pero también se aprenda a asumir las mismas responsabilidades.

Poder elegir qué, quién y cómo quiero ser, debe ser derecho universal en cualquier territorio. Es apremiante otorgar las instancias a los herederos de este mundo tan caótico y acelerado, para crear en ellos consciencia plena y en base al uso del buen vivir, poder generar atmósferas idóneas de convivencia. La igualdad de género es parte de la educación humanista que es imperante llevar al aula, sin olvidar el trabajo que debemos hacer en casa, sembrando valores y predicando con el ejemplo. Enseñemos a ser felices y a preocuparse por la propia felicidad sin afanarnos tanto en estar al pendiente del vecino. Somos seres autónomos, que vivimos en sociedad, pero que tienen características propias, dentro de núcleos básicos, llamados familia. El cuidado de ésta propiciará un mundo más seguro. Hablemos sobre igualdad, hablemos sobre respeto, enseñemos sobre responsabilidad. Intentemos ser justos con el prójimo, dándole libre albedrío y educando a los nuestros para ser solo respetuosos observadores de lo externo y libres labradores de lo interno.

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