PUEBLA.- Una pareja de comerciantes indígenas y sus dos hijos de 9 y 7 años de edad fueron asesinados en su propia vivienda, en la Sierra Negra de Puebla; tras el asesinato fue incendiada la casa que también funcionó como una tienda Diconsa para los 410 habitantes de Tepexilotla, comunidad del municipio de Zoquitlán.
Uriel Vázquez Sandoval, de 34 años de edad, y su esposa Angélica Rivera Méndez vivían de la venta de “azúcar, aceite, dulces, y gasolina que iban a comprar a Tezonapa y él le hacía también al ganado”, afirman tías y primos de Uriel.
La media noche del viernes, cuando los asesinaron, estaba lloviendo. Aun así, los vecinos escucharon los disparos que hicieron hombres armados: “primero los mataron y luego le prendieron fuego a la casa donde vivía Uriel con su esposa y sus dos hijos Abad Uriel e Iker Jacinto”, dijeron a medios regionales del valle de Tehuacán.
“Tantito después del temblor del viernes recibí una llamada de mi sobrino Cristian Vázquez Sandoval, hermano de Uriel. Me dijo que habían matado a Uriel, su esposa y sus niños. Por lo que sabemos hay sangre en la cocina, que está muy separada de la casa incendiada, y hay cartuchos”, aseguraron y pidieron que la Fiscalía General del Estado y la Fiscalía General de la República atraigan la investigación, “porque se había escuchado del asesinato de adultos, pero jamás que se ensañaran con niños”.
Denunciaron que el pasado 20 de mayo Serafín Sandoval Ruiz, tío de Uriel, y su hijo Ricardo Sandoval Coello, hicieron un viaje a Veracruz. Desde entonces no volvieron a saber de ellos, a pesar de que presentaron la denuncia correspondiente ante la fiscalía del estado que gobierna Cuitláhuac García Jiménez.
La Sierra Negra de Puebla, agregaron, se ha convertido en tierra de nadie, donde no hay justicia «y no es posible que hayan desaparecido personas y no se haga nada (…) en esta tierra tan abandonada por las autoridades».
En la comunidad indígena de Tepexilotla, de acuerdo con los familiares, aparecen muertas personas en el río y las levantan y sepultan como si no pasara nada, a pesar de que hay niños que se quedan sin nadie que les provea alimento, porque al papá lo mataron.
Jorge Cortés Sandoval, primo de Uriel, dijo que en Tepexilotla unas personas despojaron a varias familias del agua de un riachuelo que era de la familia Sandoval: “los estanques los hizo mi abuelito y la gente conectó sus mangueras para tener agua de autoconsumo (…) pero llegó una persona que se apoderó de las tierras les hizo cachitos las mangueras que medían hasta 600 metros. El único que se enfrentó con esa persona fue mi primo Uriel y por eso lo amenazó de muerte, le dijo que tarde o temprano se iba a vengar él o su familia”.
Afirma que se presentaron en la fiscalía de Puebla “cinco denuncias por el cobro de piso, por el cobro de agua, de siembra y cosecha de maíz, de café, pero no procedieron”.
Hasta la media noche del sábado, el perredista Virgilio Efraín Cortés Jiménez, alcalde de Zoquitlán, no había hecho ninguna declaración sobre el multi homicidio cometido en Tepexilotla; la publicación más reciente en la página oficial del ayuntamiento hace referencia al informe que dará el jueves 12 de octubre a las 12 horas en el auditorio municipal.
Zoquitlán no es un municipio tranquilo: el 15 de septiembre fue secuestrado un elemento de la policía municipal y un día después fue encontrado con una lesión en el cráneo. El lunes 17 de enero de 2022 fue agredida sexualmente y asesinada María Isabel, una niña de 10 años de edad que cursaba el quinto año de primaria; su cuerpo fue localizado el 18 de enero en Coyotzonga.
Un mes después, en marzo de 2022, un menor de edad fue detenido por policías municipales y llevado a los separos donde estuvo dos horas, lapso en el que se ahorcó con su playera. La Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla emitió por este caso la recomendación 16/2022 al alcalde Virgilio Efraín Cortés Jiménez, porque, dijo, el menor fue asegurado de forma arbitraria.
FUENTE LA SILLA ROTA