*A partir del próximo 1 de enero del 2020, el salario mínimo será de 123.22 pesos. Entrará en vigor un aumento de 20% para el salario mínimo general.
A partir del próximo 1 de enero del 2020, el salario mínimo será de 123.22 pesos. Entrará en vigor un aumento de 20% para el salario mínimo general.
Y en la zona libre de la frontera norte, donde el año pasado se duplicó el salario, pasará de 176.72 pesos a 185.56 pesos. Según los cálculos de la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, el aumento al salario mínimo general es el mayor aumento anual, de los últimos 44 años y beneficiará a 3.44 millones de trabajadores.
Al aumento de 20% al salario mínimo para el 2020, hay que agregar el incremento de 16% que se realizó para el 2019. No hay duda de que ahora sí, con la participación de los empresarios, ha comenzado la recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores que menos ganan.
Además, hay que destacar que el incremento al salario mínimo en este año 2019 no tuvo mayor repercusión en el nivel de la inflación que, rondará al cierre del año, en alrededor de 3 por ciento. Es importante observar también el lenguaje del presidente de la República, quien se pronunció a favor de que el salario mínimo se aumente de manera gradual, sin que se produzca inflación.
Parece un dato menor y podría ser hasta un elemento discursivo. Sin embargo, no es un dato menor, en la medida en que se trata del compromiso presidencial implícito de respetar la autonomía del banco central.
Que el gobierno lopezobradorista desde el día en que triunfó en las elecciones presidenciales se haya comprometido a respetar la autonomía del Banco de México, sin duda, ha sido una poderosa señal que ha dado confianza a los mercados.
Y que en su discurso destaque que es necesario evitar que el aumento salarial derive en inflación, deja ver un compromiso claro con la estabilidad macroeconómica.
Además, frente a la disminución presupuestal que han recibido otros importantes órganos autónomos, resulta muy relevante que se mantenga en los hechos el respeto a la autonomía del banco central. Otra cosa es cómo se está construyendo la narrativa gubernamental alrededor de la mejoría en el salario mínimo. Desde el jefe del Ejecutivo, la secretaria del Trabajo y los funcionarios relacionados así como los integrantes del partido en el gobierno han señalado como “una deuda histórica” aumentar el salario mínimo.
Y se ha destacado que durante la época del neoliberalismo se mantuvo prácticamente congelado el salario de los trabajadores. Al respecto, hay que decir que fue en la época en la que la inflación se fue a los cielos y llegó a más de 150% —como consecuencia de las políticas populistas e irresponsables que derivaron en la carrera de salarios-precios— cuando a través de los “pactos” del gobierno y los sectores productivos se acordó mantener a raya a los salarios en general.
En virtud de esa política se pudo contener y lentamente tomar la senda que llevó a la reducción de la inflación.
También, habría que decir que el aumento al salario mínimo beneficia sólo a una parte de los trabajadores.
Los que ganan más, es decir, la mayoría, siguen sujetos a las negociaciones contractuales.
Y estas negociaciones deben mantenerse acotadas, precisamente para tener bajo control a la inflación.
Además, hay que señalar que el aumento al salario mínimo ha sido parte de un proceso que inició hace varios años y pasó por la eliminación de la referencia del salario mínimo, para distintos temas.
Adicionalmente, se buscó y encontró una fórmula que hoy se conoce como el Monto Independiente de Recuperación para que el incremento al salario mínimo se realice en pesos y un ajuste porcentual inflacionario, con lo que además el incremento del minisalario se desliga del resto de las revisiones salariales. Fueron varios años en los que se discutió y construyó el andamiaje que hoy está permitiendo el aumento a los salarios mínimos sin repercusión en la inflación.
¿Es positivo? Sin duda. ¿Es consecuencia de la voluntad de este gobierno? No exclusivamente. Han participado y aportado todos los sectores. Falta ver cómo aumentar el nivel general salarial. Ése es el verdadero reto, claro, sin que aumente la inflación. Al tiempo.
Fuente EL ECONOMISTA