Los especialistas del organismo con sede en Ginebra dijeron que aún es muy pronto para tratar como una gripe a la enfermedad, que pronto habrá contagiado a la mitad de los europeos.
La variante ómicron del coronavirus causante de la COVID-19 no será seguramente la última que tenga que ser clasificada como «preocupante» por la Organización Mundial de la Salud (OMS) debido a factores como su alta transmisibilidad, advirtieron hoy expertos del organismo con sede en Ginebra.
En su último informe, el equipo técnico de la OMS encargado de analizar las vacunas contra el COVID-19 vaticina que «se espera que prosiga la evolución del coronavirus SARS-CoV-2, y es improbable que ómicron sea la última variante de preocupación».
Hasta ahora, cinco evoluciones del coronavirus han sido categorizadas de esta forma, y bautizadas con las letras griegas alfa (primero detectada en Reino Unido), beta (Sudáfrica), gamma (Brasil), delta (India) y ómicron (también en territorio sudafricano).
El informe sopesa la posibilidad de que la composición de las actuales vacunas contra la COVID-19 sea modificado para hacer frente a la variante ómicron.
En este sentido, los expertos de la OMS sugieren la necesidad de que los científicos trabajen con la meta de lograr una vacuna «más sostenible y con visión a más largo plazo, que sea eficaz contra cualquier variante futura».
Los especialistas de la OMS aseguraron que la mera repetición de vacunas de refuerzo será insuficiente para evitar la aparición de variantes de nuevo coronavirus e instaron a mejorar los inmunizantes para frenar la transmisión de la enfermedad.
«Se necesitan y deben desarrollarse vacunas contra el COVID-19 con fuerte impacto en la prevención y la transmisión, además de la prevención de casos severos y de muertes», expresó el grupo de asesores técnicos de la OMS sobre la composición de las vacunas contra el nuevo
Un análisis de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido ha demostrado que las dosis de refuerzo proporcionan altos niveles de protección a las personas mayores contra la enfermedad grave causada por la variante ómicron, pero la duración de la protección contra la infección sintomática leve es más breve y desciende a alrededor del 30% a los tres meses.
Las actuales vacunas, según los estudios hasta ahora realizados, parecen perder eficacia ante la variante ómicron a la hora de evitar COVID-19 sintomático, aunque siguen mostrándose válidas para prevenir formas graves de la enfermedad, como indica el hecho de que la actual ola, con cifras récord de contagios, no va acompañada de más muertes.
El CEO de Pfizer, Albert Bourla, dijo el lunes que probablemente se necesitará una vacuna de COVID-19 rediseñada que se dirija específicamente a la variante ómicron del coronavirus, así como que su empresa podría tener una inyección lista para su despliegue en marzo.
La farmacéutica Moderna también está trabajando en una vacuna adaptada a la variante ómicron del coronavirus, pero es poco probable que esté disponible en los próximos dos meses.
La mitad de los europeos, infectados
La variante ómicron del COVID-19 está en camino de infectar a más de la mitad de los europeos, pero no debería ser vista aún como una enfermedad endémica similar a la gripe, dijo el martes la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Europa ha registrado más de 7 millones de casos nuevos en la primera semana de 2022, más que duplicándose en un periodo de dos semanas, dijo el director de la OMS en el continente, Hans Kluge, en una comparecencia ante los medios.
«A esta tasa, el Instituto de Métricas y Evaluaciones Sanitarias prevé que más del 50% de la población en la región se infectará con ómicron en las próximas 6-8 semanas», dijo Kluge, en referencia a un centro de investigación de la Universidad de Washington.
Asimismo, agregó que 50 de los 53 países de Europa y Asia Central han registrado casos de la variante más infecciosa.
Cada vez hay mayor cantidad de pruebas de que ómicron afecta más al tracto respiratorio superior que a los pulmones, causando síntomas más leves que las variantes previas, pero la OMS advirtió que se necesitan más estudios para demostrarlo.
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, dijo el lunes que podría ser el momento de cambiar la forma de seguir la evolución del COVID-19 para utilizar un método similar al de la gripe, porque su letalidad ha disminuido.
Eso implicaría tratar el virus como una «enfermedad endémica», en lugar de una pandemia, sin registrar cada caso y sin hacer tests a todas las personas que presenten síntomas.
Sin embargo, eso está «muy lejos» todavía, dijo en la sesión informativa la directora de emergencias de la OMS para Europa, Catherine Smallwood, agregando que la endemicidad requiere una transmisión estable y predecible.
«Todavía tenemos una enorme incertidumbre y un virus que evoluciona con bastante rapidez, imponiendo nuevos retos. Ciertamente, no estamos en el punto en el que podamos calificarlo de endémico», declaró Smallwood.
«Podría volverse endémico a su debido tiempo, pero precisar eso hasta 2022 es un poco difícil en esta etapa».
Fuente https://expansion.mx/