Esta corporación de las Fuerzas Armadas se ha ganado el cariño y el respeto de los mexicanos a través del tiempo, pues siempre ha estado presente, desde la defensa del fuerte de San Juan de Ulúa hasta su apoyo con la perrita Frida durante los rescates tras la tragedia del 19S
CIUDAD DE MÉXICO. La Armada de México conmemora hoy 200 años de su creación y, a través de la historia, su labor ha dejado huella en el país, desde la defensa del fuerte de San Juan de Ulúa hasta los rescates que realizó la emblemática perrita Frida en México y en el extranjero, que la llevaron a ser un símbolo de esperanza en los sismos de 2017 en la Ciudad de México.
La seguridad y la confianza que en 200 años la Armada de México ha trasmitido a la población, la han convertido en una de las instituciones más queridas y respetadas de México, uno de los ejemplos que han marcado un antes y un después en la mancuerna Semar-población civil es la defensa del fuerte de San Juan de Ulúa, cuando los habitantes se sumaron a las acciones contra la corona española, lucha que reunió trabajadores y pescadores del puerto, quienes filtraban la ubicación de los mandos españoles para su detención.
La historia de la Armada de México como cuerpo de guerra del Estado mexicano surgió tras organizar la administración pública, cuando la Regencia del país, el 4 de octubre de 1821, creó cuatro secretarías de Estado: Negocios y Relaciones Interiores y Exteriores, Justicia y Negocios Eclesiásticos, Hacienda y la de Guerra y Marina, esta última dirigida por el Teniente de Navío retirado Antonio de Medina Miranda.
De acuerdo con los anales de la historia, el 27 de septiembre de 1821, México consumó su independencia, misma que no fue reconocida oficialmente por la corona española, hasta 1836.
Un día después, el 28 de septiembre, se firmó el Acta de Independencia, con lo que el naciente México quedaba organizado como un imperio. Agustín de Iturbide fue nombrado presidente de la Soberana Junta Provisional Gubernativa y la Regencia, que fueron los dos organismos que dieron sustento al imperio mexicano en espera de la llegada del monarca europeo, tal y como había quedado establecido en los Tratados de Córdoba.
En este contexto, en ausencia del príncipe europeo que debía gobernar el naciente México, la Soberana Junta Provisional Gubernativa y la Regencia emitieron un decreto el 14 de noviembre de 1821, a través del cual otorgaron a Agustín de Iturbide el nombramiento de jefe supremo de las Armas de Mar y Tierra, con el grado de almirante generalísimo, cuya antigüedad se reconocía a partir del 24 de febrero de 1821.
SAN JUAN DE ULÚA
A pesar de que México consumó su independencia, ésta pronto se vio amenazada ante la oposición de la Corona española, hecho que se materializó con la resistencia que ofrecería un puñado de españoles desde el castillo de San Juan de Ulúa en el puerto de Veracruz.
Este conflicto se prolongó durante cuatro años debido a las condiciones precarias con que nacía la Armada en el México independiente. Este hecho histórico fue el primer problema de envergadura que debió enfrentar la Armada, mismo que puso en riesgo inminente la soberanía nacional.
Los documentos históricos que tiene en su poder la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar) señalan que sólo quedaba sometido a la corona española el puerto de Veracruz, debido a que el gobernador de la plaza, general José María Dávila, decidió tomar la fortaleza de San Juan de Ulúa para tener el control de la ciudad y puerto de Veracruz gracias a los cañones de largo alcance con que contaba el castillo.
Al gobierno mexicano le quedó claro, desde un principio, que la negociación diplomática con el castillo podía escalar hacia un conflicto mayor, por lo que se envió, en 1822, al capitán Eugenio Cortés a Estados Unidos para adquirir los barcos que formarían la primera escuadrilla naval que tendría México, estos barcos eran goletas Iguala y Anáhuac, balandras cañoneras: Chalco, Chapala, Texcoco, Orizaba, Campechana y Zumpango, así como la Tampico, Papaloapan y Tlaxcalteca.
El 17 de abril de 1822, la goleta Iguala fue el primer buque que de manera oficial izó el pabellón nacional; por tanto, con aquella unidad de superficie se inicia la formación de nuestra marina militar.
Es así como se crearon los Departamentos Navales de Campeche, San Blas y Veracruz; en este último se establecieron los batallones de Infantería y Artillería de Marina.
El 8 de octubre de 1823 se decretó el bloqueo naval a la fortaleza de San Juan de Ulúa debido a un bombardeo al puerto de Veracruz, concluyendo el gobierno de México que la disputa sólo podía ser resuelta en el mar, y por ende, que la Armada debía ser fortalecida.
Para cumplir con su misión, en diciembre de 1824 se adquirieron la Fragata Libertad y los bergantines Bravo y Victoria, procedentes de Inglaterra y Suecia, los cuales tenían mayores capacidades.
En 1825 se agrega el navío Asia, el cual fue renombrado en Acapulco como el Congreso Mexicano y era el mejor artillado al tener 74 cañones, sumando casi 200 cañoneros de diversos calibres a la Escuadra Nacional.
Con el paso de los años, durante el Porfiriato se representó un avance significativo para la Armada Nacional, ya que se adquirieron varios buques de guerra y se creó la Escuela Naval Militar en el puerto de Veracruz.
Los ideales de la Revolución Mexicana se plasmaron con la promulgación de la Constitución el 5 de febrero de 1917, en la que se nacionalizó la Marina con las reformas al artículo 32, donde se estipuló que para pertenecer a la Marina de Guerra era necesario ser mexicano por nacimiento y para las tripulaciones de los buques mercantes lo serían las dos terceras partes de ella.
En el contexto de la Segunda Guerra Mundial se le dio autonomía al Departamento de la Marina Nacional, al separarse de la Secretaría de la Defensa Nacional (anteriormente Secretaría de Guerra y Marina) en 1939, lo que dio pie a la creación de la Secretaría de Marina el 31 de diciembre de 1940, fue así como comenzó la base de la estructura institucional actual, donde sobresale la Armada de México como componente operativo de la Secretaría de Marina.
En la actualidad, las unidades de superficie y aéreas, así como la Infantería de Marina, son los pilares de la Armada de México que han evolucionado desde 1821 a la actualidad, utilizando la tecnología de punta para la lucha contra el crimen organizado y la prevención de desastres generados por fenómenos meteorológicos.
La tecnología de última generación es utilizada en su Centro de Mando y Control que tiene un equipamiento único en América Latina.
Fuente EXCELSIOR