Gabriel Gómez Rosas está por cumplir 67 años y bajo el mar ha encontrado muchos tesoros, pero el mayor de los tesoros que ha encontrado en su vida es su esposa. Con ayuda de sus amigos y familia conserva una colección de conchas, a la que ha agregado algunas de otros países y lo que podría considerarse desechos del mar, que para él tienen un enorme valor.
¿A qué se dedicó durante su vida laboral?
Soy pensionado de Petróleos Mexicanos trabaje durante 39 años, básicamente en lo que fue el buceo, porque siempre me llamo la atención, aunque no había todos los recursos que ahora.
¿Dónde aprendió a bucear?
Aquí aprendí, aquí en Tuxpan; no había maestros, no había nada todavía como ahora, compre un manual de buceo, el autor era Owen Lee y Jacques Cousteau lo asesoró; así aprendí de ese libro, estudiaba y practicaba hasta que pude empezar a bucear; comencé de pequeño relativamente tenía 14 o 15 años. A los 16 años y meses entre a Pemex y ya me dediqué más porque fui ayudante de un buzo clásico que usaba la escafandra de cobre con el traje de lona y me fui metiendo poco a poco, aprendí maniobra; ya después vinieron los equipos más ligeros. Después me metí al agua a hacer maniobras con mis compañeros, tenía a otros dos compañeros; en el 65’ éramos contados los buzos aquí en Tuxpan, éramos como cuatro o cinco, la verdad ahorita ya hay cantidad de compañías que bucean y de ahí me fui y me fui. Fui pionero en la empresa Petróleos Mexicanos en la instalación de monoboyas, me tocó instalar todas las boyas en sistema, aquí en Tuxpan en Coatzacoalcos, en Dos Bocas, Tabasco, Ciudad del Carmen, Rosarito Baja California y Salinas Cruz, y ya después me dediqué al mantenimiento de las piezas que habíamos instalados, hasta que finalmente, bueno, ya pude salir libre de la empresa, gracias a Dios completo, saludable y con todos mis miembros completos.
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