OPINION // DRA. CLAUDIA VIVEROS LORENZO// SIN MEDIAS TINTAS.
Las bibliotecas en México se están convirtiendo en espacios poco visitados y mal entendidos. La semana pasada en el Puerto de Veracruz, me tocó visitar tres de ellas, unas perteneciente a una de las más prestigiosas instituciones educativas del estado y las otras dos, (una la municipal y la otra también publica), las cuales encontré en una situación que me dejó mucho que desear. La de la institución educativa, se mantiene limpia, y ordenada, lo que sí, fue sorprendente, fue encontrarla exactamente igual, que cuando yo estudié en la institución 25 años atrás. La municipal, grande y espaciosa, pero cerrada al público, aunque con personal adentró (gastando mucha energía eléctrica, con aires acondicionados a todo lo que da, y luces encendidas en áreas no ocupadas) pero en una “remodelación” que no entendí en que consistía pues también la ví igual, a como la he conocido siempre. Y la tercera (ubicada en el Parque Zamora), para llorar, en un estado deplorable, con libros, rotos, rasgados, mal ordenados, estantes oxidados, mesas de consulta deplorables, de esos lugares en los que entras y te dan ganas de salir corriendo y ponerte a llorar; o por lo menos a esta mujer que les escribe y que ama profundamente los libros, le pareció increíble ver un resinto que debería ser un espacio cuidado y excelso, verlo convertido solo en una pantalla del municipio, porque no cumple con su función pero claro me queda, que si representa un gasto para el erario.
En México tenemos recintos de esta naturaleza representativos, como la Biblioteca de México, La Biblioteca Nacional, el Archivo General de la Nación, la Biblioteca Palafoxiana de Puebla, etc. Lugares a los que se les mantiene en forma y que brindan un espacio importante, pero seamos realistas somos más de 130 millones de mexicanos, unas cuantas no nos sirven. Y ya sé que me podrán decir que hablar de ir a una biblioteca puede sonar anticuado para las generaciones de millenials y post millenials que ahora arreglan el mundo desde la comodidad de su casa vía un Smartphone o una laptop y que más que pedir el cuidado de las bibliotecas “normales”, exija el impulso de las virtuales.
Creo profundamente que el espacio debe estar complementado, necesitamos con urgencia que nuestras generaciones nuevas (y porque no, también las anteriores) tengan oportunidad de acudir a centros donde puedan encontrar información de todo tipo, ya sea en un libro físico o en un archivo virtual. Lo que sí es que lo necesitan a la mano. Este fin de semana celebramos la independencia de nuestro país. Veo a todos repetir la frase: ¡felices fiestas patrias! Pero también veo a mucha gente que no tiene la más mínima idea del significado real de la fecha, Y no la tiene porque no lee, Porque no a tenido a su alcance la posibilidad, porque en casa quizá no hubo libros, y menos en la biblioteca cercana. No estamos cultivando el amor a los libros, y al no hacerlo nos alejamos de cultivar el amor al conocimiento, a la sabiduría.
La lectura es el ejercicio mental más basto. Lea, cómase todo libro, revista, periódico, etc. que caiga en sus manos. Tenga libros cerca, y si no tiene acuda a donde si pueda acceder. Exijamos tener recintos de calidad. Nuestras autoridades urgentemente deben poner sus ojos en ofrecer cultura y posibilidad de lectura a nosotros los ciudadanos. Leer le ayudará a entender cada cosa del mundo que lo rodea, le aseguro que si lo hace, podrá dar cada año el grito con más ahínco y mejor voluntad y la fecha no será concebida solo para comer pozole y traer el mariachi a la casa.