“Cómo vamos a sobrevivir sin esos pequeños que ya no están entre nosotros”, se pregunta Ana Aguilar después de esta tragedia.
Una familia hispana residente en Uvalde, Texas, perdió a cuatro niños en el tiroteo ocurrido este martes en la Escuela Primaria Robb de esa comunidad.
Desconsolada, Ana Aguilar contó al canal Telemundo 51 que su familia perdió en esta tragedia a cuatro menores, tres niñas y un niño; además, una quinta pequeña resultó herida y tuvo que ser operada.
“Cómo vamos a sobrevivir sin esos pequeños que ya no están entre nosotros. Cómo entró al edificio, al cuarto de ellos, por qué… si eran ángeles”, dijo entre lágrimas Aguilar sobre el impacto en su familia de la masacre, considerada el tiroteo escolar más mortífero en casi una década.
Según las autoridades, los 19 niños y dos profesoras asesinados en la escuela primaria por Salvador Ramos, de 18 años, se encontraban en una misma aula de cuarto grado, donde el pistolero se atrincheró.
Uvalde es una comunidad situada en la región de Hill Country, a unos 130 kilómetros al oeste de San Antonio, tiene unos 16,000 residentes y, de ellos, el 80% son hispanos o latinos, según datos del censo de Estados Unidos.
Aunque la policía rompió las ventanas en un esfuerzo por evacuar a los niños y el personal, Ramos ultimó a 21 personas y ocasionó heridas a otras 17, según el portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Chris Olivarez.
El atacante primero disparó a su abuela en la casa y después se dirigió a la escuela cercana, donde estrelló su coche y entró en el edificio con equipo táctico y un rifle, han dicho las autoridades.
Su abuela sobrevivió, pero se encuentra en estado crítico. Los investigadores esperan que ella pueda arrojar luz sobre el motivo del ataque.
Este tiroteo en Texas es considerado como el más letal en una escuela desde que un hombre armado mató a 26 personas, entre ellas 20 niños, en la primaria Sandy Hook de Connecticut, en diciembre de 2012.
Los dos profesoras muertas fueron identificadas como Eva Mireles e Irma García, que trabajaban en la misma aula de cuarto grado.
Mireles, a quien le gustaba correr y hacer senderismo, tenía una hija adulta y un marido que se desempeña como policía en las escuelas. García, que trabajó en el colegio durante más de dos décadas, tenía cuatro hijos.
Ángel Garza, padre de la niña Amerie Jo Garza, una de las víctimas mortales del tiroteo, compartió con CNN en español lo que quería que el mundo supiera sobre su hija.
«Que solo estaba tratando de hacer lo correcto. Solo intentaba llamar a la policía. Tenía tanto miedo a los extraños y cosas como estas, como que cerraba la puerta de mi casa cuando yo salía a poner gasolina al coche. Este es literalmente como su peor miedo. Y ella solo estaba tratando de ayudar a todos», relató Garza, mientras sostenía un cuadro de honor que la niña acababa de ganar, en el que salía su foto.
«Era tan dulce. Era la niña más dulce, que no hacía nada malo. Escuchaba a su madre y a su padre. Siempre se cepillaba los dientes. Era creativa, hacía cosas para nosotros, nunca se metía en problemas en la escuela… Solo quiero saber qué hizo para ser una víctima», declaró entre lágrimas.
Garza precisó que el hermano menor de Amerie, un niño de tres años, pregunta por ella cada mañana cuando se despierta. «Le hemos informado que su hermana ahora está con Dios y que ya no estará con nosotros. Y por supuesto, solo lloró. Él tiene tres años y es muy emocional para que lo procese», expresó.
Amerie había cumplido los 10 años el pasado 10 de mayo. Por su cumpleaños la familia se reunió y cenó. Ese día le regalaron un celular. «Llevaba tanto tiempo queriendo un celular y finalmente se lo dimos. Intentó llamar a la policía», resaltó el padre.
Dos de los estudiantes del aula de la niña confirmaron el hecho. «Ella solo estaba tratando de llamar a las autoridades. Y supongo que él solo le disparó. ¿Cómo miras a esta niña y le disparas?», preguntó.
«Solo quiero que la gente sepa que murió intentando salvar a sus compañeros de clase. Ella solo quería salvar a todos», recalcó.
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