Gran marea humana celebra inicio de una nueva era

*se reúnen pueblos indígenas, actores y cantantes

*El Zócalo fue el escenario de la verbena que López Obrador prometió; del ritual se pasó al discurso y la música cerró el evento

CIUDAD DE MÉXICO.- La primera voz que se escuchó ayer en el Zócalo, antes de las dos de la tarde, anunciando la “Celebración Cultural por el Inicio de la 4ta Transformación” fue la de Jesusa Rodríguez, quien fuera la maestra de ceremonias en los mítines de López Obrador en 2006 cuando sufrió la primera de dos derrotas.

«Desde la expropiación petrolera, hace 80 años, este país no salía a festejar nada”, dijo Jesusa, directora de teatro, actriz y Senadora.

El AMLOFEST fue una fiesta protagonizada por artistas como Jesusa, a quienes López Obrador prometió no olvidar al llegar a la Presidencia; por 68 pueblos indígenas y la comunidad afromexicana, que hicieron un ritual de purificación, y fue un espacio para que el nuevo presidente de México, luego de recibir el Bastón de Mando que le entregó el pueblo Ayutla de los Libres de Guerrero, dedicara más de una hora y media a exponer sus 100 propuestas de gobierno.

160 mil personas asistieron a la verbena popular con motivo de la toma de protesta.

Los primeros encargados de ambientar con sus canciones en lenguas originarias la fiesta en el Zócalo-adornado con flores hechas a base de hojas de maíz (Totomoxtle) por los artesanos de Huamantla- fueron 12 grupos de música y danzas tradicionales, como los Kúrpites de Michoacán, los Quetzales de Puebla y la Banda de niños de Tlaxiaco de Oaxaca.

Antes de las cinco de la tarde, ya con una plaza del Zócalo llena, se acercaron al templete la nueva jefa de gobierno electa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y el canciller Marcelo Ebrard, dos de los funcionarios más cercanos a López Obrador desde que el tabasqueño gobernó el entonces Distrito Federal, para presenciar desde la primera fila la Ceremonia de Entrega del bastón de mando por parte de los pueblos indígenas.

Esta ceremonia de consagración y purificación realizada por representantes indígenas para darle la bienvenida, duró 30 minutos. Se hizo un ritual con hierbas para rociar con agua a él y a su esposa Beatriz Gutiérrez Müller y envolverlos con humo de Copal.

22 personas fueron atendidas por diversos malestares

Los asistentes también se integraron y fueron protagonistas de la ceremonia de purificación, en la que repetían las frases que un chamán les indicaba y levantaban sus manos en dirección de los cuatro puntos cardinales. Con las manos hacia el norte se escuchaba a miles de ciudadanos decir: “que el sentido de igualdad reine en todos”.

Ya con el bastón de mando en su poder y con un atril purificado por pueblos originarios de Oaxaca, López Obrador tomó la palabra, entre las ovaciones de “presidente, presidente” o “es un honor estar con Obrador”.

En primera fila estaban adultos de la tercera edad, a quienes se les habilitó un espacio exclusivo.

Venimos a apoyar a nuestro paisano”, dijo Natividad Segovia Córdoba, quien llegó desde Tabasco a las seis de la mañana.

Apenas llevaba 22 minutos del discurso de Andrés Manuel, cuando advirtió que apenas llevaba 27 puntos de 100 que tenía para leer.

¿Sí me esperan?” cuestionó.

A lo que María Teresa Fuentes, asistente, respondió “lo esperamos el tiempo que sea necesario”.

Entre los puntos que más levantaron el júbilo fueron, precisamente los que han generado más críticas en sus detractores: “se cancelará la mal llamada reforma educativa”, “bajarán los salarios de los altos funcionarios” o “ya no va a haber lujos en el gobierno”.

Luego de una hora y 26 minutos que le tomó al presidente leer cada uno de los cien puntos, pidió que le regalaran otras palabras para explicar que así como lo había hecho este día, cada año haría un informe para el pueblo. »

Les invito a todos a convertir en realidad estos compromisos y que cada año, aquí en el zócalo, los repasemos uno por uno y podamos saber si ya se han cumplido o siguen pendientes”, afirmó.

López Obrador se despidió de la gente y pidió su apoyo con un “¡Viva México!”.

La Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por Eduardo García Barrios, entonó el Himno Nacional para concluir con la presentación de López Obrador, quien se dirigió a su casa de Tlalpan. La Celebración cultural por el inicio de la 4ª Transformación siguió su curso hasta pasadas las nueve de la noche.

El presidente de México cumplió la promesa que hizo, al ganar las elecciones el primero de julio pasado, cuando dijo que nunca olvidaría el apoyo de artistas, actores y promotores de la cultura que lo acompañaron en lo más difícil.

En ese momento, en su cuenta de Twitter, López Obrador resaltó el nombre de algunas personalidades como Dolores Heredia, Eugenia León y Regina Orozco, quien acompañada por la Orquesta Sinfónica Nacional cantó Latinoamérica de Calle 13, grupo puertorriqueño que el presidente escuchaba durante los trayectos de sus giras políticas.

Dolores Heredia leyó un poema, igual que Damián Alcázar, quien envió un mensaje.

«Que nadie se quede sin arte y sin ciencia”, dijo Alcázar.

Información y fotos en: https://www.excelsior.com.mx/nacional/celebran-el-inicio-de-una-nueva-era-se-reunen-pueblos-indigenas-actores-y-cantantes/1282141?fbclid=IwAR2cvLl4sGEc1btgTthSyqREYQ7hPdZCA3nEQi1eGyIKFXgH9p5Fd66Pai

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