La última selva húmeda del norte del continente americano corre el riesgo de desaparecer como consecuencia de la actividad humana.
La región mexicana conocida como Los Tuxtlas es la última selva húmeda del norte del continente americano. Abarca siete municipios del sur de Veracruz y fue decretada como Reserva de la Biósfera en 1998, un concepto que indica que la naturaleza y residentes locales conviven en el mismo lugar. A 20 años de dicho nombramiento, esta región selvática desaparece día tras día.
La cantidad de especies que viven en la Reserva de la Biósfera Los Tuxtlas es impactante: una de cada 20 aves del mundo y cerca de una de cada tres especies de mamíferos, reptiles y anfibios de todo México viven en esta zona. Pero los problemas ambientales, particularmente la ganadería, han afectado considerablemente este lugar.
«La superficie que antes era selva ahora es potrero y son pastos incluso a veces exóticos y que entonces se sustituye una gran diversidad de seres vivos de los ecosistemas originales por prácticamente dos especies: la vaca y el pasto», afirma Francisco José Gómez, el presidente de la organización civil Selva del Toztlán A.C.
De acuerdo a ambientalistas, la ganadería se ha extendido en el territorio hasta ocupar de un 60% a 70% de la reserva de la biósfera. Pero no es la única amenaza para la selva. Un estudio realizado por la Universidad de Stanford y la UNAM también muestra que la actividad humana al exterior de la zona ha perturbado los ecosistemas y ha afectado su biodiversidad.
Ante estos problemas, asociaciones civiles como Selva del Toztlán buscan conservar la variedad de especies de flora y fauna de Los Tuxtlas a través de la conservación y restauración de muchos sitios afectados. Ellos han logrado hacer equipo con los pescadores para denunciar a quienes afecten a esta zona protegida.
La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas ha llevado acciones para igualmente apoyar a Los Tuxtlas. Después de que la guacamaya roja desapareciera en esta zona, en 2014 se inició con la reintroducción de la especie, logrando liberar a decenas de aves. Además llevan a cabo foros de difusión, talleres en escuelas y comunidades involucradas a fin de informar a la población en el cuidado del hábitat.
El Gobierno federal ha invertido más de 5 millones de dólaresen los últimos tres años para áreas naturales protegidas. Pero pobladores y expertos coinciden en que la clave para que esta selva perdure a través de los años es el educar y concientizar a la sociedad civil.
Fuente: RT en Español