LAURA ELIZALDE
Fue periodista autodidacta al forjarse en la vieja escuela del periodismo en Tuxpan, tundiendo teclas, corrigiendo notas una y otra vez; su pasión por la fotografía, le abrió las puertas al mejor oficio del mundo y desde hace 32 años,
Cesar del Valle Cruz, dedicó sus días a la información presenciando hechos históricos de Tuxpan como la inundación del 1999, cubriendo también giras de Presidentes de la República en el puerto, además de ser su fuerte fuentes como el Ayuntamiento, política y sección policíaca.
Su don de gentes y su facilidad para comunicarse, le acumulo en su vida entrañables amistades, pero su historia no podría contarse sin su inseparable camarada el también periodista tuxpeño Luis Manuel Roldán.
Con la mirada nostálgica, Roldán recuerda al inigualable “Negro”. “Lo conocí desde 1985 , él provenía del viejo Consejo Nacional de Recursos para la Atención de la Juventud (CREA), donde su gusto por la fotografía y su tenacidad lo llevaron a ser jefe de prensa de aquella agrupación”.
Su inquietud por la información, lo llevan a incursionar como reportero gráfico de “Alarma” de circulación nacional y en el periódico local La Voz de la Huasteca, a lado de otro periodista reconocido, Miguel Álvarez Lechuga. Además de ser corresponsal en el Mundo de Poza Rica.
Cesar convivió y aprendió de grandes plumas tuxpeñas de antaño, como Gabino Alvarado, Toño Guerrero, “el Chato López”, Héctor Méndez Díaz y Melitón del Ángel.
En aquel entonces, a mediados de los 80’s, ingresa al que fue El Diario de Tuxpan de Othón Arróniz, compartiendo la fuente de información general con Bismarck Del Ángel y la conocida periodista de Sociales, Lulica Maya.
“Yo era el jefe de información, Abel Hernández era el subdirector, me acuerdo que Cesar y Bismarck anduvieron toda una noche y todo el día cubriendo la inundación del ’99, anduvieron de arriba para abajo, no querían dejar que algún dato se les fuera”.
Al “Negro”, le toco cubrir la segunda ocasión en la que el Licenciado Pericles Namorado Urrutia fue alcalde Tuxpan. Ahí el viejo diario conoció a la comunicóloga egresada de la Universidad Autónoma Nacional de México (UNAM) Martha Guevara, quien se desempeñaba como administradora del rotativo, así su pasión por el periodismo lo unió a quien sería su inseparable compañera y con quien procreó, a sus hijos Liliana y Cesar.
En una segunda etapa, del Diario de Tuxpan, trasladado de la carretera a la playa a un local del conocido pasaje del cine Tuxpan, ahora con Miguel Angel Cristiani como subdirector, en ese entonces Cesar se consolidaba como periodista aguerrido y su afición por la lectura de medios y revistas nacionales de prestigio, lo llevaron al periodismo de investigación, complicado en aquellos tiempos, porque no se contaba con las tecnologías y las herramientas legales con que ahora se cuenta para acceder a información considerada “delicada”.
Al cerrar sus puertas el rotativo, funda una revista regional junto con Felipe Hernández Barrios, y en su faceta política llega a ser jefe de prensa de los candidatos a la diputación federal, Graciela Patricia Gómez de Ibarra y Julio Cesar Vega Olivares y del Movimiento de la Juventud Revolucionaria en Tuxpan, además de ser integrante de la Coordinación de Comunicación Social durante el gobierno de Juan Ramón Gánem Vargas.
En el 2004, forma parte de reporteros fundadores del Diario de Tuxpan de la familia Sánchez Macías. Del 2011 al 2013, sus notas se leían en el Noreste, posteriormente ingresa al Periódico El Despertar, rotativo para el cual redacto su material informativo, con gran empeño pese a que una enfermedad crónica ya minaba su salud.
Siempre respaldado por su esposa Martha, Cesar, aún enfermo no dejaba de preguntar: ¿A qué hora la conferencia? ¿Dónde, cuándo a qué horas sucedieron los hechos? y ayudado incluso con un bastón en su andar y por su inseparable esposa, cubrió eventos hasta que sus fuerzas lo permitieron y la enfermedad lo venció, la mañana de este 25 de abril.
El “Negro”, aseguran sus compañeros de gremio, no se ha ido, porque siempre será recordado como un amoroso padre y esposo, pero sobre todo aguerrido periodista, formado en la vieja escuela del periodismo tuxpeño, donde las grandes plumas ya lo habrán acogido en el más allá, para continuar redactando la más extraordinaria información del mejor oficio del mundo.