Murió Enriqueta Basilio, la mexicana que se convirtió en la primera mujer en encender un pebetero olímpico

El 12 de octubre de 1968, Enriqueta Basilio hizo historia al convertirse en la primera mujer en llevar la antorcha olímpica y encender el pebetero de los Juegos Olímpicos. El Comité Olímpico Mexicano informó este sábado que la atleta falleció este sábado a los 71 años.

Hasta el momento se desconocen los motivos de su fallecimiento. “La familia olímpica mexicana lamenta el deceso de nuestra querida Enrique Basilio, emblema del olimpísmo mundial al ser la primera mujer en prender un pebetero olímpico en los Juego Olímpicos México 68. Nuestra solidaridad a sus hijos, familiares y amigos en este difícil momento. QEPD”, publicó en Twitter el Comité Olímpico Mexicano.

La Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE) también lamentó el fallecimiento de la atleta. “El deporte mexicano está de luto”, escribió. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se sumó a los comentarios por la muerte de la atleta, pues fue en su estadio donde encendió el pebetero, y la recordó con una frase de la propia Basilio “no sólo prendí el fuego olímpico, encendí el corazón de las mujeres”.

En el ambiente deportivo se sumaron otras voces. Ana Gabriela Guevara, directora de la Conade, dijo que Basilio dejó un legado para buscar mejores condiciones para los atletas mexicanos.

La clavadista Paola Espinosa, escribió que la atleta “siempre [estará] en nuestros corazones”. El periodista José Ramón Fernández, comentó que era una pena el fallecimiento de Basilio.

La primera mujer en encender el pebetero olímpico

Norma Enriqueta Basilio Sotelo nació en Mexicali, Baja California, el 15 de julio de 1948. En los Juegos Olímpicos de México compitió en la carrera de los 400 metros, relevos 4×100 metros y en 80 metros con obstáculos, prueba en la que tenía el campeonato nacional.

A lo largo de su vida estuvo involucrada en promover el deporte. Fue miembro permanente del Comité Olímpico Mexicano y organizaba recorridos por la paz y el deporte cada año.

En 1968, Enriqueta Basilio tenía 20 años de edadSubió 93 escalones hasta donde estaba el pebetero en el Estadio Olímpico Universitario de la UNAM, el cual encendió con la llama olímpica ante 100,000 espectadores. Vestía un atuendo atlético estudiantil blanco, que eligió para mandar un mensaje de paz a favor de los jóvenes, que todo ese verano habían protestado y habían sido reprimidos por el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz y desembocó en la matanza del 2 de octubre del 1968.

Antes de encender el pebetero, alzó la antorcha indicando los cuatro puntos cardinales. Desde entonces se le conoció como la Diosa Voladora. Basilio dijo entonces que nació para el mundo “el día que encendí el pebetero olímpico”, y en realidad así fue porque marcó un antes y después en la historia de la justa deportiva.

Este episodio la convirtió en un emblema para las mujeres en México, sobre todo las deportistas, sin embargo, su elección para este acto tan representativo de todos los Juegos Olímpicos no fue bien recibido por sus colegas hombres, como contó ella misma el año pasado cuando conmemoró los 50 años de México 68.

Treinta y seis años después de hacer historia en los Juegos Olímpicos de México 68, volvió a portar la antorcha olímpica en su paso por la Ciudad de México para Atenas 2004.

Años después, repitió la hazaña de cargar la antorcha olímpica para encender el pebetero olímpico para el Maratón de la Ciudad de México de 2018.

Además de su trayectoria deportiva, fue legisladora entre el 2000-2003 en la Cámara de Diputados por el Partido Revolucionarios Institucional (PRI).

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