El presidente López Obrador reiteró su llamado para que no sean elaboradas estatuas en su honor pues no es partidario de la vanidad.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo este lunes que no está interesado en la vanidad ni en el culto a la imagen, luego de que en Atlacomulco, Estado de México, se erigió una estatua en su honor que posteriormente fue vandalizada.
El mandatario federal agradeció la iniciativa de sus simpatizantes, pero rechazó este tipo de reconocimientos ya que su trabajo es servir únicamente al país, sin protagonismos.
“Lo importante es decirles que no se sientan mal, que yo les agradezco mucho por sus buenas intenciones, pero también, que me hagan caso porque no me gusta lo que tenga que ver con la vanidad y el culto a la personalidad“, comentó el presidente de la República al concluir su conferencia de prensa.
“Estoy muy seguro de lo que estamos haciendo, estoy muy contento y soy muy feliz y todo los días me confieso con el tribunal de mi conciencia y me siento muy satisfecho de tenerle amor al pueblo”, afirmó.
La madrugada del 1 de enero, la estatua fue vandalizada y derribada por desconocidos en la plaza principal que destaca por ser un lugar de donde han surgido políticos de renombre pertenecientes al Partido Revolucionario Institucional (PRI), como el expresidente Enrique Peña Nieto.
“Son mis amigos del alma, como millones de mexicanos, que son mis amigos del alma, que los queremos mucho, pero que tienen que tomar en cuenta de que yo he expresado de que no quiero que pongan a calles, parques, bibliotecas y escuelas, mi nombre”, dijo.
La figura fue elaborada por artesanos del municipio de Tlalpujahua, Michoacán y tuvo un costo de 50 mil pesos.
La estatua fue develada, el 29 de diciembre pasado, por el alcalde de Atlacomulco, Roberto Téllez Monroy, de Morena, antes de finalizar su administración el 31 de diciembre.
Fuente FORBES MÉXICO