*El proyecto del Gobierno, que busca mover esa obra de tierras indígenas, reaviva las preocupaciones sobre el futuro de los proyectos energéticos y las inversiones en el país.
México.- El movimiento de México para desviar un gasoducto de TC Energy de tierras indígenas está reavivando las preocupaciones sobre el futuro de los proyectos de energía en el país.
El plan para desviar el conducto de Tuxpan-Tula en el centro de México, anunciado por el presidente Andrés Manuel López Obrador durante el fin de semana, sigue a una reestructuración de contratos el año pasado que obligó a los operadores de tuberías a recortar las tarifas de envío.
La decisión crea un precedente que podría replicarse, ya que las comunidades locales se han opuesto a varios proyectos de ductos en México, paralizando la construcción y llevando a una desaceleración de la inversión, asegura Nina Fahy, jefa de consultoría de gas natural para América del Norte de la consultora Energy Aspects.
Desviar el gasoducto es “realmente abrir una lata de gusanos” porque muchos otros proyectos enfrentan problemas similares, y moverlos podría resultar costoso, dijo el especialista desde Nueva York. “Las consultas indígenas también han paralizado otros proyectos de oleoductos en México”, añadió.
López Obrador anunció el plan luego de realizar una consulta con las comunidades indígenas otomíes, náhuatl, totonaco y tepehua en la ciudad de Pahuatlán. Se comprometió a compensar a TC Energy.
TC Energy no respondió a una solicitud de comentarios.
“Están tratando de evitar cualquier problema legal y controversias internacionales”, asegura Rodrigo Rosas, analista de gas de México para la consultoría energética Wood Mackenzie.
El ducto Villa de Reyes-Aguascalientes-Guadalajara del operador mexicano de ductos Fermaca Enterprises y el ducto Guaymas-El Oro operado por IEnova de Sempra Energy también enfrentan demoras debido a conflictos sociales, dijo Rosas.
Fuente: El Financiero