OPINIÓN // DRA. CLAUDIA VIVEROS LORENZO// SIN MEDIAS TINTAS.
El pasado 1 de septiembre, nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, realizó su primer informe de gobierno, para él fue el tercero. Pero no nos detengamos en un debate tan poco importante como determinar que número de informe es. Lo importante es todo lo que nuestro mandatario, nos contó y subrayó como logro en estos nueve meses de mandato.
Como siempre, las criticas, burlas y cuestionamientos no se hicieron esperar, porque como humanos inconformes que somos, nada nos acomoda, y a todo le encontramos el “frijolito en el arroz”. No estoy para resumir en 600 palabras el discurso de hora y media del jefe del ejecutivo. Lo que sí me gustaría puntualizar, no es la información que recibimos hace una par de días, si no la raíz de todo el trabajo que López ha venido haciendo desde que tomó las riendas del país y que con el Lema de 4T (cuarta transformación) ha intentado interiorizar en cada cabeza de los mexicanos, y que todavía no logramos entender.
En la mañanera del 15 de agosto, (sí, la mañanera, esa conferencia tan cuestionada, a la cual no queremos darle el valor real, en donde por primera vez, un gobernante tiene a bien de 6 a 7 de la mañana, informar lo que está pasando en el país y concentrarse en éste, en su gente, en sus necesidades y en dar respuesta -o por lo menos intentarlo- a las inquietudes de los medios de comunicación que nos sirven de canal para entablar conexión con el ejecutivo)…retomo, en la mañanera de hace un poco más de 15 días, mandó un mensaje importantísimo. En palabras textuales dijo:
“Es una llamado a que se porten bien, que no afecten a los demás, no hay ninguna justificación, antes se podía decir, es que el presidente es un corrupto, o hay corrupción arriba, ya no hay eso, o podían decir, es que, no tengo yo posibilidades –sobre todo en el caso de los jóvenes- de tener un trabajo, de tener posibilidad de estudiar, ahora hay oportunidades de estudio, de trabajo, nada más que piensen, no es vida andar de una lado para otro, en la clandestinidad, escondiéndose no se logra nada… solamente siendo buenos, podemos ser felices”.
Estas siete líneas resumen, la visión de López Obrador de trabajo y de prosperidad. Si ya sé que van a saltar a decir que hemos tenido un crecimiento económico de 0.5% que cómo puedo hablar de prosperidad. Pero nuestro dirigente sabe, que para lograr ese crecimiento anhelado, hay que re estructurar, limpiar, proponer, otorgar posibilidades, enseñar con el ejemplo, apostar por una sociedad más humana, más entregada a sus valores y sus buenas costumbres. Por que de ahí se podrá disparar cualquier tipo de desarrollo sustentable y real. La visión humanista nos impulsa a reencontrarnos como seres humanos que viven en sociedad. En una sociedad que debe ser entendida como un organismo en el que todos estamos inmersos y del cual formamos parte activamente, por lo que nuestro desempeño, hace que nos encontremos enfermos o saludables.
Pórtese bien. Esa es la clave de este asunto. Deje de ver paja en el ojo ajeno y dedíquese a lo suyo, a sus acciones y palabra. Nuestro gobernante ya enfatizó, las oportunidades ahí están. Se habla en este informe del otorgamiento de 10 millones de becas, por ejemplo. Este ha sido un tema de mucho debate. Que si cayeron a gente que nos las necesita, que unos las deberían obtener mas que otros, bla, bla, bla. Aquí es punto es que si tú la tienes la emplees bien. La ocupes con responsabilidad y de ésta saques el provecho que la sociedad necesita. Repito es un ejemplo. Pórtese bien, colabore, ponga su hombro y su fuerza por que lo logremos. Si podemos.