Vacunados deben seguir usando cubrebocas

Si bien la vacunación aparece como una esperanza, no representa el fin de la pandemia sino apenas un paso para reducir el riesgo en las personas.

Aunque el país haya recibido cerca de 4 millones de vacunas hasta este lunes, la pandemia seguirá en el país y las medidas como el uso de cubrebocas, el distanciamiento social y el lavado de manos tendrán que mantenerse, aseguró Gustavo Olaíz, coordinador general del Centro de Investigación en Políticas, Poblaciones y Salud de la Facultad de Medicina de la UNAM.

En entrevista con Forbes México, el especialista en salud pública refirió que si bien la vacunación representa un paso importante para contener la enfermedad de Covid-19 en el país, las medidas se mantendrán en la medida en que el virus seguirá presente y sobre todo, que las personas vacunadas pueden continuar con la transmisión del virus a pesar de no enfermarse.

“La vacuna es un objetivo totalmente diferente, no va a resolver el problema de la pandemia, va a resolver el problema individual. La vacuna no impide que tengamos la infección, esa va a ser asintomática como está pasando en muchos casos, pero podemos transmitir la enfermedad por supuesto. No es 100% efectiva, o sea que todavía hay un grupo de personas que pueden presentar la enfermedad”, detalló.

En el mismo sentido, médicos de la primera línea de atención a pacientes Covid-19 resaltaron que la vacunación representa una esperanza pero podría derivar en una falsa sensación de seguridad en tanto que el virus se mantiene entre la población, lo que podría representar un riesgo hacia eventos que llevan a relajar las medidas como semana santa.

“La gran mayoría de la población joven todavía tiene que mantenerse con cuidado. La vacunación nos va a ayudar mucho a disminuirlo (el nivel de contagios), pero también va a generar una falsa sensación de seguridad y mucha gente va a continuar saliendo, o disminuir las precauciones, algunas festividades que se pudieran llegar a tener”, dijo Alberto Moctezuma, médico urgenciólogo que ha atendido pacientes en la Ciudad de México desde que inició la pandemia.

Para Olaíz, el desarrollo actual de la política de vacunación ha tenido algunos detalles por corregir, pues si bien atender a la población por demarcaciones tiene sentido para facilitar la aplicación, el objetivo principal sería atender a la población más vulnerable que no necesariamente se encuentra ubicada en una localidad delimitada o corresponde a una edad específica.

“Todo esto depende de dos factores. El primero es qué población nos hace más efectivos o más eficientes para cortar la transmisión del virus, ¿dónde va a ser?, por supuesto se da en ciudades grandes y en poblaciones que están en alto riesgo de muerte, porque México tiene una desproporción importantísima de Covid, proteger a la población más expuesta es el primer punto”, sostuvo.

Como segundo factor, resaltó la velocidad para aplicar las vacunas, por lo que consideró quizás más prudente comenzar en zonas de alto riesgo y evitar cualquier decisión espontánea en la toma de decisiones.

En una de las conferencias nocturnas, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, comentó que la decisión para la aplicación de la vacuna se toma en las juntas que sostiene con el resto del gabinete dos veces por semana en función de la vacuna que arriba al país y el número de unidades que llegan, por lo que se ajusta a la población receptora de la vacuna en esta etapa 2 de vacunación, a personas mayores de 60 años.

Desde el pasado 15 de febrero, el gobierno de México distribuyó más de 870 mil dosis de la vacuna contra el Covid-19 en el país a los que consideró los municipios más alejados y con menor acceso a servicios de salud, entre los que aparecieron tres demarcaciones de la Ciudad de México: Milpa Alta, Cuajimalpa, entre los 25 municipios con menos marginación del país, y Magdalena Contreras, adonde se aplicaron dosis que pueden conservarse entre los 2 y 8 grados Celsius, óptimas para trasladarse a localidades alejadas de las grandes metrópolis del país.

A la par, se vacunó a personas de comunidades rurales y con altos índices de marginación como Batopilas o Carichí, en Chihuahua, entre los 5 más marginados del país, o como Múgica en Michoacán, ubicado hacia la mitad alta del listado, algo diferente a lo presentado en la política nacional de vacunación contra el SARS-CoV-2 y no tan alineado con los criterios presentados por la Secretaría de Salud la semana pasada, en que resaltaron que se adscriben a cuatro criterios: población mayor de 60 años, tamaño de la demarcación, marginación y logística para la aplicación de las dosis.

Fuente Forbes México

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